Comerciantes y hosteleros de la Parte Vieja de San Sebastián rechazan la orden municipal de retirar estos elementos. Apuestan por consensuar un modelo que cumpla las exigencias estéticas y de seguridad que se establezcan en la futura normativa y contenten a los vecinos denunciantes.
El terremoto que para hosteleros y comerciantes de la Parte Vieja ha supuesto la orden del Ayuntamiento de retirar los toldos anclados a las fachadas vivió ayer réplicas a pie de calle. El debate y la polémica están calientes en el barrio, no en vano la decisión del departamento de Urbanismo tiene consecuencias más allá de lo estético.
«Sin el toldo seremos invisibles», asegura la responsable de una tienda que prefiere preservar el anonimato. Por su ubicación, entre bares y sin actividad comercial alrededor, la lona con el nombre del local es el principal reclamo para atraer a potenciales compradores.
«Para nosotros es inviable cumplir esta orden. Nos perjudica muchísimo. El toldo es vital para este negocio y supongo que para la mayoría, porque al final el toldo se pone por algo. Además, este año no está siendo demasiado boyante. Se está notando desde finales de verano una caída de la afluencia de público y, por tanto, de las ventas», subraya.
Fuente: http://www.diariovasco.com